Выбери любимый жанр

Ciudad Maldita - Стругацкие Аркадий и Борис - Страница 51


Изменить размер шрифта:

51

Alli no habia nadie, el agente de guardia dormitaba detras de su mesita.

—?No se duerme en el puesto! —le reprocho Andrei al pasar junto a el.

En el edificio reinaba un silencio retumbante, precisamente a esa hora, pocos minutos antes de que conectaran el sol. La mujer de la limpieza, medio dormida, arrastraba sin muchas ganas un trapo humedo por el suelo de cemento. Las ventanas de los pasillos estaban abiertas de par en par, los vahos hediondos de centenares de cuerpos humanos desaparecian paulatinamente y se perdian en las tinieblas, expulsados por el frio aire matutino.

Haciendo sonar los tacones sobre la resbaladiza escalera de metal, Andrei bajo al sotano, con un gesto descuidado le indico al agente de guardia que permaneciera sentado, y abrio una puerta metalica bajita.

Fritz Geiger, sin chaqueta y con la camisa arremangada, de pie junto a un lavabo oxidado, silbaba una conocida marcha y se frotaba los musculosos brazos con agua de colonia. No habia nadie mas en el recinto.

—Ah, eres tu —dijo Fritz—. Que bien. Precisamente, ahora iba a subir a verte. Dame un cigarrillo, se me ha terminado el tabaco.

Andrei le tendio el paquete, Fritz saco un cigarrillo, lo ablando entre los dedos, se lo llevo a los labios y miro a Andrei con expresion burlona.

—?Que pasa? —Andrei no se contuvo.

—?Como que que pasa? —Fritz encendio el cigarrillo e inhalo el humo con placer—. Perdiste el tiempo. No es un espia ni nada parecido.

—?Como es posible? —balbuceo Andrei, paralizado—. ?Y la carpeta?

Fritz solto una carcajada con el cigarrillo en la comisura de la boca y se echo un poco mas de agua de colonia en la mano.

—Nuestro judio es un mujeriego sin remedio —dijo, en tono academico—. En la carpeta tenia cartas de amor. Venia de casa de una mujer, se pelearon y el recogio sus cartas. Le tiene un miedo mortal a su viuda, y no seas idiota, trataba de deshacerse de la carpeta a la primera oportunidad. Dice que, por el camino, la tiro en una alcantarilla... ?Que lastima! —prosiguio Fritz, aun en tono academico—. Debio retirarle esa carpeta, senor juez de instruccion Voronin, desde el primer momento, hubieramos conseguido un excelente material para comprometerlo, ?y tendriamos a nuestro judio agarrado por ahi mismo! —Fritz mostro por donde tendrian agarrado al judio. En los nudillos tenia aranazos recientes—. Por cierto, nos firmo el acta del interrogatorio, asi que al menos tenemos del lobo un pelo.

Andrei busco a tientas una silla y se sento. Las piernas no lo sostenian. Miro nuevamente en torno suyo.

—Oye, tu... —Fritz se habia bajado las mangas y se estaba poniendo los gemelos—. Veo que tienes un chichon en la frente. Ve al medico y que te de un certificado. Ya le rompi la nariz a Rumer y lo mande a la consulta. Por si acaso. El imputado Katzman, durante el interrogatorio, agredio al juez de instruccion Voronin y al investigador Rumer, causandoles lesiones. Asi que se vieron obligados a defenderse... etcetera. ?Entiendes?

—Entiendo —mascullo Andrei, palpandose maquinalmente el chichon. Volvio a examinar el recinto con la vista—. Y el... ?el, donde esta? —pregunto, con dificultad.

—Si, Rumer es un gorila, de nuevo exagero la nota —se lamento Fritz mientras se abotonaba la chaqueta—. Le partio la mano, por aqui... Hubo que mandarlo al hospital.

TERCERA PARTE

Redactor jefe

UNO

Desde mucho tiempo atras, en la ciudad se editaban cuatro diarios, pero el primero que leia Andrei era el quinto, que comenzara a publicarse poco tiempo atras, un par de semanas antes de la llegada de las «tinieblas egipcias». Aquel diario era pequeno, solo tenia dos paginas (mas que un diario era una octavilla), y la publicaba el Partido del Renacimiento Radical, que se habia escindido del ala izquierda del partido de los radicales. La hoja titulada Bajo el signo del Renacimiento Radicalera venenosa, agresiva y malevola, pero la gente que la editaba contaba siempre con una informacion de primera y, como regla, siempre sabian bien que ocurria en la Ciudad en general, y en el gobierno en particular.

Andrei echo una mirada a los titulares: FRIEDRICH GEIGER ADVIERTE: ?HABEIS SUMIDO LA CIUDAD EN LAS TINIEBLAS, PERO NO DORMIMOS!; EL RENACIMIENTO RADICAL ES LA UNICA MEDIDA EFICAZ CONTRA LA CORRUPCION; DE TODOS MODOS, ALCALDE, ?ADONDE HA IDO A PARAR EL GRANO DE LOS GRANEROS URBANOS?; ?HOMBRO CON HOMBRO, ADELANTE! ENCUENTRO DE FRIEDRICH GEIGER CON LOS LIDERES DEL PARTIDO CAMPESINO; OPINAN LOS OBREROS DE LA SIDERURGICA: ?LOS ACAPARADORES DE GRANO, AL PATIBULO!; ?SIGUE ADELANTE, FRITZ! ?ESTAMOS CONTIGO! ASAMBLEA DE LAS AMAS DE CASA DEL PRR; ?OTRA VEZ LOS BABUINOS? Una caricatura: el alcalde, con su enorme trasero, se yergue sobre un monton de grano, seguramente el mismo que desaparecio de los almacenes de la ciudad, entrega armas a sujetos lugubres, con aspecto de criminales. Pie de grabado: ?CHAVALES, EXPLICADLES ADONDE HA IDO A PARAR EL GRANO!

Andrei dejo caer la octavilla sobre la mesa y se rasco la barbilla. ?De donde sacaba Fritz todo el dinero para pagar las multas? ?Dios mio, que harto estaba de todo! Se levanto, camino hasta la ventana y miro hacia fuera. Entre la espesa niebla humeda, apenas iluminada por las farolas callejeras, pasaban ruidosos los carretones, se oian abundantes tacos, toses de fumadores, de vez en cuando se escuchaban relinchos de caballos. Los granjeros acudian por segundo dia a la ciudad, sumida en las tinieblas.

Llamaron a la puerta y entro la secretaria con un paquete de galeradas.

—A Ubukata. Deselas a Ubukata —Andrei intento librarse.

—El senor Ubukata esta con el censor —objeto la secretaria con timidez.

—Pero no va a pasar toda la noche alli —dijo Andrei, irritado—. Cuando regrese, se las da.

—Pero el maquetista...

—Eso es todo —dijo Andrei con groseria—. Larguese.

La secretaria se retiro. Andrei bostezo, el dolor en la nuca lo hizo encogerse, volvio junto a la mesa y encendio un cigarrillo. Se le partia la cabeza y tenia un pesimo sabor en la boca. Y, en general, todo era asqueroso, oscuro y pegajoso. Tinieblas egipcias... De algun lugar lejano llegaba el sonido de disparos, debiles chasquidos, como si estuvieran partiendo ramas secas. Andrei volvio a arrugar el rostro y cogio en sus manos El Experimento,diario del gobierno, de dieciseis paginas.

EL ALCALDE ADVIERTE A LOS DEL PRR:

51
Перейти на страницу:
Мир литературы

Жанры

Фантастика и фэнтези

Детективы и триллеры

Проза

Любовные романы

Приключения

Детские

Поэзия и драматургия

Старинная литература

Научно-образовательная

Компьютеры и интернет

Справочная литература

Документальная литература

Религия и духовность

Юмор

Дом и семья

Деловая литература

Жанр не определен

Техника

Прочее

Драматургия

Фольклор

Военное дело