Ciudad Maldita - Стругацкие Аркадий и Борис - Страница 22
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El unico lugar vacio, al otro lado de la mesa frente a Selma, era la silla de Andrei, y tambien el asiento reservado para Donald permanecia tristemente desierto.
«Lastima que Donald no haya venido —penso Andrei—. ?No importa! ?Resistiremos, soportaremos tambien esto! Hemos tenido que enfrentarnos a cosas peores...»
Las ideas se le enredaban hasta cierto punto, pero su estado de animo general era impetuoso, con una pizca de tragedia. Volvio a su sitio y agarro un vaso.
—?Un brindis! —grito.
—?Oh, si! —replico Otto, el unico que le presto atencion, sacudiendo la cabeza como un caballo atormentado por los tabanos—. ?Oh, si!
—Vine aqui porque tenia fe —decia en voz alta el tio Yura, sin dejar que Izya, con su risa constante, retirara su dedo reseco de debajo de la nariz—. Y tuve fe porque no habia nada mas en lo que se pudiera creer. El hombre ruso debe creer en algo, ?verdad, hermanito? Si uno no cree en nada, lo unico que le queda es el vodka. Hasta para amar a una mujer hay que creer. Hay que creer en uno mismo; sin fe, hermano, no se puede ni siquiera echar un buen polvo...
—Es verdad, es verdad —respondio Izya—. Si a un judio le quitas la fe en Dios, y a un ruso la fe en el padrecito zar, vaya usted a saber en que se convierten...
—No, aguarda. Los judios son otra cosa.
—Lo fundamental, Otto, es que no se esfuerce —decia Kensi en esos momentos, mientras masticaba con gusto la col—. De todos modos, no hay ninguna formacion, y no puede haberla. Pienselo usted mismo, que falta hace la formacion profesional en una ciudad en la que todo el mundo cambia de oficio a cada rato.
—?Claro que si! —respondia Otto, despertandose durante un segundo—. Eso mismo le dije al senor ministro.
—?Y que le contesto? —Kensi agarro un vaso de aguardiente y bebio varios sorbos pequenos, como si fuera te.
—El senor ministro dijo que era una idea muy interesante. Me sugirio que le preparara un informe. —Otto sorbio por la nariz y los ojos se le llenaron de lagrimas—. Pero en lugar de eso me fui a visitar a Elsa.
—Y cuando tuve los tanques a dos metros de distancia —seguia contando Fritz, mientras derramaba aguardiente sobre las piernas de Selma— lo recorde todo. No lo creera. Fraulein:me paso por delante toda mi vida. ?Pero soy un soldado! Con el nombre del Fuhrer...
—?Su Fuhrermurio hace tiempo! —le decia Selma, llorando de risa—. Incineraron a su Fuhrer...
—? Fraulein!-pronuncio Fritz, sacando la mandibula con gesto amenazador—. ?El Fuhrervive en el corazon de cada aleman autentico! ?El Fuhrervivira por los siglos de los siglos! Usted es aufraulein, yme entendera: cuando el tanque ruso... a tres metros de distancia... yo, con el nombre del Fuhrer...
—?Me tienes harto con ese Fuhrertuyo! —le grito Andrei—. ?Muchachos! ?No seais canallas, oid el brindis!
—?Un brindis? —se dio cuenta de repente el tio Yura—. ?Dale! ?Sueltalo, Andrei!
—?Porladamquestaqui! —disparo Otto, apartando de si a Kensi.
—?Cierra el pico! —le chillo Andrei—. Izya, deja de ensenar los dientes. ?Estoy hablando en serio! ?Kensi, vete al diablo! Muchachos, considero que debemos beber... ya lo hemos hecho, pero fue como al tuntun, y esto hay que hacerlo con seriedad, con fundamento; bebamos por nuestro Experimento, por nuestra noble causa y, en especial...
—?Por el camarada Stalin, inspirador de todas nuestras victorias! —solto Izya en un alarido.
—No... —Andrei perdio el hilo—. Escuchad... —balbuceo—. ?Por que me interrumpes? Claro que tambien por Stalin... Vaya, se me ha ido del todo... ?Queria que bebieramos por la amistad, imbecil!
—?No importa, Andrei! —repuso el tio Yura—. Es un buen brindis, hay que beber por el Experimento y tambien por la amistad. Caballeros, tomad los vasos, bebamos por la amistad y por que todo vaya bien.
—?Pues yo bebo por Stalin! —dijo Selma, terca—. Y por Mao Zedong. ?Me oyes, Mao Zedong? Bebo por ti —le grito a Van.
El conserje se estremecio, y con una sonrisa lastimera agarro un vaso y bebio.
—?Zedong? —pregunto Fritz, amenazante—. ?Y quien es ese?
Andrei dejo vacio el vaso de un trago y, algo aturdido, se puso a pinchar la comida con el tenedor. Todas las voces le llegaban como de la habitacion vecina. Stalin... Si, claro. Alguna relacion debia existir...
«?Y por que no se me ocurrio antes? Es un fenomeno de dimensiones cosmicas. Debe de haber alguna relacion, alguna interconexion. Digamos, por ejemplo: elegir entre el exito del Experimento y la salud del camarada Stalin... Que debo hacer yo personalmente, como ciudadano, como combatiente... Es verdad que Katzman dice que Stalin ha muerto, pero eso no es lo esencial. Supongamos que esta vivo. Y supongamos que se me plantea esa disyuntiva: el Experimento o la causa de Stalin... Tonterias, no puede plantearse de esa manera. Proseguir la causa de Stalin bajo su direccion, o llevarlo a cabo en condiciones del todo diferentes, peculiares y no previstas por ninguna teoria, asi habria que plantear la cuestion...»
—?Y de donde has sacado que los Preceptores son continuadores de la causa de Stalin? —de repente le llego la voz de Izya, y Andrei se dio cuenta de que llevaba un rato hablando en voz alta.
—?Y que otra causa pueden defender? —se asombro—. Solo existe una causa sobre la tierra a la que valga la pena entregarse: ?la construccion del comunismo! Esa es la causa de Stalin.
—De acuerdo con los Fundamentos [3], estas suspendido —respondio Izya—. La causa de Stalin es la construccion del comunismo en un pais, la lucha consecuente contra el imperialismo y la expansion del campo socialista a todos los confines del mundo. No veo de que manera puedes llevar a cabo todo eso aqui.
—?Que aburrimiento! —gimio Selma—. ?Quiero musica! ?Quiero bailar!
—?Eres un dogmatico! —grito Andrei, que ya no era capaz de ver ni de oir nada—. ?Solo sabes rezar y recitar el Talmud! Y, en general, eres metafisico. No ves otra cosa que no sea la forma. ?Tiene alguna importancia la forma que adopte el Experimento? Su contenido solo puede ser uno, y el resultado final sera el establecimiento de la dictadura del proletariado, en coalicion con los granjeros trabajadores...
—?Y con la intelectualidad trabajadora! —intervino Izya.
—Con esos intelectuales... Buena mierda, los intelectuales.
—Si, es verdad —dijo Izya—. Eso es de otra epoca.
—?En general, la intelectualidad es impotente! —proclamo Andrei con ferocidad—. Es un estrato de lacayos. Sirven al que esta en el poder.
—?Panda de miserables! —estallo Fritz—. ?Miserables, charlatanes, siempre creando el desorden y la desorganizacion!
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